El etanol es una droga legal de consumo muy ampliamente difundido en el planeta que se encuentra contenida en las bebidas alcohólicas. Sus efecto sobre el Sistema Nervioso Central, y como consecuencia, sobre el cerebro y el resto del organismo, es depresor (atenúan o inhiben su funcionamiento).
El alcohol etílico o etanol responde a la fórmula CH3-CH2-OH. Se trata de una sustancia altamente hidrosoluble. Debido a su carácter hidrocarbonato proporciona muchas calorías (por ejemplo, un gramo de alcohol proporciona 7 calorías), pero estas son consideradas “vacías”, ya que carecen de vitaminas, aminoácidos esenciales, proteínas y otros nutrientes.
¿QUÉ ES LA TOLERANCIA AL ALCOHOL?
El consumo continuado de etanol genera tolerancia. Ésta se produce por el desarrollo de una depuración acelerada del alcohol. De esta forma, se producirá la necesidad de ir aumentando la dosis con el fin de alcanzar los efectos iniciales. A este fenómeno se le llama tolerancia. Cuando esto sucede, también se induce tolerancia cruzada a otras sustancias tales como anestésicos generales y otros depresores del sistema nervioso central, entre las cuales las más frecuentemente vistas están los tranquilizantes y barbitúricos.
¿QUÉ ES LA DEPENDENCIA DEL ALCOHOL?
La dependencia que el consumo de alcohol produce, es tanto psíquica como física, la cuales tienen relación con los diferentes patrones de consumo que van desde la ingestión regular y diaria de grandes cantidades de alcohol, hasta largos intervalos de sobriedad mezclados con periodos de embriaguez cotidiana. En ambos casos, la persona tiende a incrementar paulatinamente la cantidad ingerida, y pese a sus esfuerzos de voluntad es incapaz de controlar la ingestión, empleando cada vez más tiempo en actividades relacionadas con la dependencia, evidenciando así el deterioro de su vida laboral y familiar, al igual que tolerancia a la ingestión y complicaciones físicas.
Desgraciadamente, el uso prolongado del alcohol causa que el cerebro se adapte, y dependa de la presencia de esta sustancia para funcionar normalmente. Después, si la persona deja de beber, él o ella experimenta ansiedad, nerviosismo, malestar emocional, insomnio, temblores, y en el alcoholismo severo, a veces convulsiones y/o muerte. Incluso mucho tiempo después de que la persona ha dejado de beber alcohol, las anormalidades cerebrales pueden continuar, causando sensación de incomodidad y anhelando más alcohol para relevar estos sentimientos.
¿QUÉ ES SÍNDROME DE ABSTINENCIA?
En las personas enfermas alcohólicas la interrupción repentina de la ingestión de alcohol puede producir síntomas como la ansiedad pronunciada, temblores, alucinaciones, y hasta convulsiones.
Cualquier droga consumida en exceso provoca una activación directa del sistema de recompensa del cerebro que participa en el refuerzo de los comportamientos y la producción de recuerdos. Provocan una activación tan intensa del sistema de recompensa que se ignoran las actividades normales.